2.7.13

Necesidades

Hoy son inseparables amigos.

El aire en esa habitación estaba cargado de humedad y calor. Humedad corporal, vapor y calor. Benjamín transpiraba sin parar. Su corazón parecía correr a paso de derby. Carlos, por su parte, no podía dejar de repasar su frente con la toalla blanca que colgaba de su cintura, amarrada al cordón de la bata. Conversaron de café.

Bajó del auto. Carlos tomó el bolso gris y silbó a la esquina. Benjamín corrió hasta el cliente, respiró profundo y especificó la tarifa. Ofreció servicio completo.

Carlos tomó la determinación -a sus 34 años- de tener un amigo. Pagaría por ello.